Be further explained:
No es que me guste la explicación que da Saturnino al
asunto de los tres osos. De hecho si fuera así pienso, y creo
que todos estaran de acuerdo, en que él sería mamá osa, de
hecho a él es a quien le llega el período ¿no?, pero bueno, lo
puse porque igual me pareció divertido. Al menos se siente
parte de algo. A Prosapio no le gusto para nada de todas
formas, jajajaja.
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Hasta el momento, ha sido una semana feliz, el lunes
tuvimos el magno evento en la U en que se junto el 99% de
la Tropa, (el otro 1% siempre estuvo en nuestros recuerdos,
jajajaja) y me rajé con una botella de vodka (para que vean
lo contento que estaba) Por fin tuve un rato de
conversacion decente con mi compadre Prosapio, Saturnino
al parecer se enojó porque lo pescaba más a él y ni se
despidio como la gente, pero, pico, lo pasé bien. Tuve la
posibilidad de decirle a Prosapio y Severina cuánto los
quería, y ellos me lo dijieron de vuelta, Tristán me dijo
cuanto me quería, aunque estaba tan curado que exageró
un poco. Yo tambien lo quiero... Petronila y Sinforosa están
cada vez más lindas y Sinforoso estaba extrañamente
cariñoso. Debo estar más atento a la gente, puedo estar
perdiendo señales que me hablen de ellas. Me encanta
gastar cuando lo paso bien, a pesar de que ahora no podré
ir a Valpo. (a menos de que me llegue plata del cielo, o me
salga al fin algún pitutito). Pero lo pasé demasiado bien
como para habermelo perdido...
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Luego de eso, nos fuimos con Porfirio del Tránsito a la casa
de Severina, en estado post-vodkaico, tomamos once y nos
acostamos para, al otro día, enfrentar los avatares que nos
esperaban. Ir primero al centro, y luego, dedicarnos a
labores de bricolaje en la habitación de misiá Severina. Yo
confiaba en que Prosapio nos iba a ir a ayudar, ya que me
dijo que nos juntaramos en el centro, con eso en mente, yo
estaba felíz y contento. Pero sin razon aparente (pero con
razon subyacente) Prosapio decidió que no iba a ir y que só
lo quería vernos, por eso me llamó. Bueno, le "creí" porque
sé lo que pasaba, y lo entiendo. Al menos lo he visto, y eso
es lo importante. Con un integrante menos, nos dirigimos de
vuelta a casa de misiá Severina, y luego de ingerir sendos
alimentos, comenzamos las operaciones malabarísticas.
Nunca pensé que mi equilibrio en situaciones que
requiriesen de fuerza fuera tan bueno. A pesar de eso, tres
personas eran la mayoría del tiempo insuficientes. Se
supone que el hermano de misiá Severina nos ayudaría...
brilló por su ausencia... cojos de dos ayudantes, nos vimos
en la obligación de improvisar. Por suerte mi altura y
resistencia permitieron de algún modo ayudar de mejor
forma, aún cuando mis brazos quedaron para la historia.
Aprendí a usar la sierra eléctrica, al principio con miedo,
luego con furia y orgullo masculino; los tornillos punta
broca y refinar mi técnica con el taladro. Al finalizar la
primera jornada, ya me sentía como todo un oso, sudado y
muscular, pero más que nada, cansado. Una ducha rapida,
comida y a la cama. Afortunadamente, esa noche y la
anterior las visitas extrañas se podían atribuír a
simple autosugestion. Al orto día, despertar, comer, vestirse
y continuar con el trabajo. La súbita inyección de
testosterona me hizo muy bien, casi olvidaba que no soy
metrosexual, que me gusta la actividad física, estar sudado
y sucio, manejando herramientas y moldeando cosas. Le
perdí totalmente el miedo a la sierra, me convertí en un
maestro, recordé que tenía músculos y otros efectos
secundarios menos deseados, pero que suelen ocurrir al
aumentar los niveles de testosterona... A pesar de todos los esfuerzos, no pudimos terminar, pero al menos dejamos un 60% del trabajo terminado, misiá Severina ya no pasará mas frío no calor, a pesar de que sus aposentos presentan la mas avanzada de las vanguardias... (esta instalacion se titula "ondas")...
18.9.03
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