18.9.03

Deconstructor Bob (No soy metrosexual!)

Be further explained:

No es que me guste la explicación que da Saturnino al

asunto de los tres osos. De hecho si fuera así pienso, y creo

que todos estaran de acuerdo, en que él sería mamá osa, de

hecho a él es a quien le llega el período ¿no?, pero bueno, lo

puse porque igual me pareció divertido. Al menos se siente

parte de algo. A Prosapio no le gusto para nada de todas

formas, jajajaja.
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Hasta el momento, ha sido una semana feliz, el lunes

tuvimos el magno evento en la U en que se junto el 99% de

la Tropa, (el otro 1% siempre estuvo en nuestros recuerdos,

jajajaja) y me rajé con una botella de vodka (para que vean

lo contento que estaba) Por fin tuve un rato de

conversacion decente con mi compadre Prosapio, Saturnino

al parecer se enojó porque lo pescaba más a él y ni se

despidio como la gente, pero, pico, lo pasé bien. Tuve la

posibilidad de decirle a Prosapio y Severina cuánto los

quería, y ellos me lo dijieron de vuelta, Tristán me dijo

cuanto me quería, aunque estaba tan curado que exageró

un poco. Yo tambien lo quiero... Petronila y Sinforosa están

cada vez más lindas y Sinforoso estaba extrañamente

cariñoso. Debo estar más atento a la gente, puedo estar

perdiendo señales que me hablen de ellas. Me encanta

gastar cuando lo paso bien, a pesar de que ahora no podré

ir a Valpo. (a menos de que me llegue plata del cielo, o me

salga al fin algún pitutito). Pero lo pasé demasiado bien

como para habermelo perdido...
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Luego de eso, nos fuimos con Porfirio del Tránsito a la casa

de Severina, en estado post-vodkaico, tomamos once y nos

acostamos para, al otro día, enfrentar los avatares que nos

esperaban. Ir primero al centro, y luego, dedicarnos a

labores de bricolaje en la habitación de misiá Severina. Yo

confiaba en que Prosapio nos iba a ir a ayudar, ya que me

dijo que nos juntaramos en el centro, con eso en mente, yo

estaba felíz y contento. Pero sin razon aparente (pero con

razon subyacente) Prosapio decidió que no iba a ir y que só

lo quería vernos, por eso me llamó. Bueno, le "creí" porque

sé lo que pasaba, y lo entiendo. Al menos lo he visto, y eso

es lo importante. Con un integrante menos, nos dirigimos de

vuelta a casa de misiá Severina, y luego de ingerir sendos

alimentos, comenzamos las operaciones malabarísticas.

Nunca pensé que mi equilibrio en situaciones que

requiriesen de fuerza fuera tan bueno. A pesar de eso, tres

personas eran la mayoría del tiempo insuficientes. Se

supone que el hermano de misiá Severina nos ayudaría...

brilló por su ausencia... cojos de dos ayudantes, nos vimos

en la obligación de improvisar. Por suerte mi altura y

resistencia permitieron de algún modo ayudar de mejor

forma, aún cuando mis brazos quedaron para la historia.

Aprendí a usar la sierra eléctrica, al principio con miedo,

luego con furia y orgullo masculino; los tornillos punta

broca y refinar mi técnica con el taladro. Al finalizar la

primera jornada, ya me sentía como todo un oso, sudado y

muscular, pero más que nada, cansado. Una ducha rapida,

comida y a la cama. Afortunadamente, esa noche y la

anterior las visitas extrañas se podían atribuír a

simple autosugestion. Al orto día, despertar, comer, vestirse

y continuar con el trabajo. La súbita inyección de

testosterona me hizo muy bien, casi olvidaba que no soy

metrosexual, que me gusta la actividad física, estar sudado

y sucio, manejando herramientas y moldeando cosas. Le

perdí totalmente el miedo a la sierra, me convertí en un

maestro, recordé que tenía músculos y otros efectos

secundarios menos deseados, pero que suelen ocurrir al

aumentar los niveles de testosterona... A pesar de todos los esfuerzos, no pudimos terminar, pero al menos dejamos un 60% del trabajo terminado, misiá Severina ya no pasará mas frío no calor, a pesar de que sus aposentos presentan la mas avanzada de las vanguardias... (esta instalacion se titula "ondas")...

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